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Estar a la altura
- 14 de septiembre de 2021
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Desarrollo personal Inteligencia y gestión emocional

Desde pequeña he oído en mi familia que era fuerte, “Manme -como me llaman en casa- no pasa nada eres fuerte”, “puedes con esto y con más”. Al final lo que te repiten se convierte en realidad, porque quieres estar a la altura de esas expectativas. Expectativas que resultan una carga pesada y nos traen soledad. Lo veo de forma muy frecuente en la consulta, personas fuertes pero que al final acaban rompiéndose, se derrumban.
“La soledad del fuerte” se da porque cuando te ven una persona fuerte, piensan que no tienes necesidad de nada ni de nadie, que puedes soportarlo todo, que pase lo que pase, lo superarás, que no necesitas ser escuchada, cuidada o mimada.
Cuando te ven una persona fuerte, te buscan para que les ayudes a llevar sus cargas. Te hablan pensando que tú eres de otra pasta y que no necesitas ser escuchada.
A una persona fuerte no se le pregunta si está cansada, si está sufriendo o cayendo, si tiene ansiedad o miedo, lo importante es que ella siempre esté allí: un faro en la niebla o una roca en medio del mar, un pilar que soporte a los demás.
La persona fuerte no puede perder el control, y si pierde los estribos se transforma en histeric@. Cuando la mujer fuerte falta se nota enseguida, pero cuando está se da por hecho su presencia. Realmente los que rodean a esa persona están pendientes quizá de su propia fragilidad y no se dan cuenta de la fuerza que se necesita, cada día, para ser ese tipo de persona. Y la verdad no le suele importar a casi nadie.
Con los años he decidido no ser tan fuerte, expresar un poco más para hacer notar mis preocupaciones, problemas y reclamar mi cuota de atención y mimos; en definitiva estar y hacerme escuchar¡¡¡.Te animo a que reconozcas, respetes y agradezcas las personas fuertes que hay en tu vida, porque ellas también necesitan ser queridas, mimadas y sentir que pueden descansar en ti.