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Camino de la autoestima.
- 8 de septiembre de 2018
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Sin categoría
La autoestima es la seguridad interior que brota al sentir que lo que hacemos, pensamos y sentimos es valioso. Es ser conscientes de que somos competentes para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y merecedores de felicidad.
Ésto supone tener:
- Confianza en uno mismo, es decir, confianza en nuestra capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar decisiones adecuadas. Confianza en nuestro derecho a ser felices. Confianza en que los logros, el éxito, la amistad, el respeto, el amor y la satisfacción personal son adecuados para nosotros.
- Respeto por uno mismo, cuidando que la vida que llevemos no nos haga daño, también de la forma de vivir, hacer y pensar.
Nathaniel Branden en su libro “Los seis pilares de la autoestima” Ed. Paidós, afirma que la autoestima depende de varias prácticas esenciales que son:
Vivir de forma consciente.
Vivir la realidad sin evadirse, ni negarla, estando presente en lo que hacemos, siendo conscientes tanto del mundo exterior como del interior. Actuar de forma consciente implica un esfuerzo que algunas personas no están dispuestas a realizarla; ya que la realidad de la conciencia puede ponernos en contacto con hechos de nuestra vida y de nuestras circunstancias a los que preferimos no enfrentarnos.
Aceptarse, comprender y experimentar.
Sin negar, ni rechazar nuestros pensamientos, emociones y acciones, siendo respetuosos y compasivos con nosotros mismos. Negarse a tener una relación de conflicto y rechazo hacia nosotros. Darnos permiso para experimentar nuestros pensamientos, sin juzgarnos, haciendo un ejercicio de comprensión, Comportándonos con nosotros como lo haría una buena amiga o un buen amigo.
Ser responsable de la propia vida.
Reconociendo que somos los autores de nuestras acciones y decisiones, que tenemos que ser la causa última de nuestra realización como personas; ya que nadie vive para servirnos, ni vendrá a arreglarnos la vida, ni a hacernos felices.
Afirmarse.
Respetar nuestros deseos y necesidades; buscando la manera de expresarlos adecuadamente, tratándonos con cariño y respeto en nuestras relaciones con los demás; estar dispuesto a ser quienes somos, defendiendo nuestras convicciones y sentimientos. No temer a mostrarnos tal y como somos por miedo al rechazo, a la soledad o a no ser queridos.
Vivir con determinación.
Asumir la responsabilidad de identificar nuestros objetivos, llevar a cabo las acciones que nos permitan alcanzarlos y mantenernos firmes en nuestra voluntad de llegar hasta ellos. Vivir con determinación requiere disciplina y el coraje de respetar los propios valores y objetivos, con o sin el apoyo de los demás.
Vivir con integridad.
Tener principios de conducta y valores que sirvan de pilares a nuestra personalidad; mantenernos fieles a ellos en cada acción; siendo congruente entre lo que sabemos, lo que profesamos y lo que hacemos; es decir, ser auténtico. Mantener las promesas y respetar los compromisos. Éste último pilar constituye el apoyo más importante de la autoestima.
¿ Como aumento mi autoestima?. Pienso que la mejor manera es recorriendo los siguientes caminos:
Camino del autoconocimiento. Saber qué me gusta, cómo soy, cuales son mis valores, defectos, puntos débiles, objetivos, fortalezas, debilidades, máscaras, etc. Cuando nos conocemos todo tiene sentido, no hay zonas oscuras de nuestra personalidad, no tenemos miedo, ganamos confianza y nuestra seguridad y autoestima aumentan.
Camino de la gratitud. La gratitud supone valorar lo que es importante en la vida y expresarlo. Es incompatible con alguna emoción negativa, no es posible sentir a la vez gratitud y odio, rencor, ira, tristeza, envidia o carencia. Siempre va asociada a emociones elevadas como amor, plenitud, seguridad; es una reverencia ante la completitud de la vida.
La expresión de cualquier emoción positiva como la gratitud es una fuente muy importante de autoestima; el mensaje inconsciente que nos llega es: lo que siento es importante y por ello yo soy importante. Nos proporciona energía e impulso en nuestra vida diaria ya que aumenta la seguridad en nosotros mismos.
Camino del perdón. Pasar página de los pasajes de nuestra vida que nos han hecho sufrir, de las personas que se han portado mal. Al liberar el resentimiento, liberamos todos las emociones negativas asociadas y retenidas, nuestra valía aumenta y con ella nuestra autoestima.
Cuando hemos sido heridos nos llenamos de rabia e ira que son emociones negativas útiles cuando queremos defendernos de un peligro; pero que carecen de sentido cuando el peligro ya no está. La ira prolongada nos llena de rencor, odio y sed de venganza. Pensar que todos cometemos errores nos dará una mirada más tolerante sobre las personas. Por otro lado es importante tener claro que nadie tiene control sobre nuestro estado emocional, solo nosotros. Al final cambiamos la ira y el rencor, por comprensión y tolerancia sustituyendo emociones negativas que nos generan sufrimiento por positivas.
Camino del compromiso. Es ser una persona de palabra, cumpliendo con nuestros compromisos. Cada vez que cumplimos nos llenamos de motivación, de ganas y nuestro nivel de compromiso para alcanzar nuestros objetivos aumenta.
El compromiso está directamente relacionado con la autoestima, ya que al cumplir conmigo mismo, con la palabra que doy, mi autoestima aumenta. Por el contrario si no cumplo con las obligaciones que contraigo, mi autoestima baja; por ello, cuidado con lo que prometemos.
El compromiso es lo que transforma los sueños, las metas y los objetivos en realidades. Cada vez que cumplimos nos llenamos de motivación y de ganas para alcanzar nuestro objetivo.
Camino de la valentía. Antes que la valentía está el miedo, y entre los dos la inteligencia. Una inteligencia que pone conciencia a la hora de afrontar lo que nos hace temblar; porque lo que queremos merece más la pena que el miedo que nos provoca. Cada vez que afrontamos nuestros miedos aumenta la confianza en nosotros mismos. Por eso hazlo, y si te da miedo hazlo con miedo.
“No es la dificultad lo que nos impide atrevernos, pues de no atreverse viene la dificultad”
Arthur Shopenhauer
Camino de la verdad. Siendo auténtico, lo que digo, hago y siento están en consonancia. No recurrir a la mentira, ésta siempre nos hace sentir poco valiosos y merma nuestra autoestima. La autenticidad es uno de los actos más elevados de libertad en el que uno se reconoce libre de lo que es y lo expresa. Es una fuente fundamental de autoestima. El mensaje inconsciente que nos damos es que lo que pienso, expreso y siento es importante, actúo en consecuencia.
Poco a poco recorriendo éstos caminos, estaremos en paz con nosotros mismos, nos sentiremos orgullosos, libres de Ser y expresar; la mentira no será un recurso ni una inercia. Al ser y sabernos más valiosos observaremos miradas de respeto hacia nosotros, tendremos una mirada más limpia, identificaremos los pensamientos negativos y no dejaremos que éstos nos líen mucho tiempo. Miraremos el mundo con gratitud y tolerancia, sintiéndonos en paz con todo lo que nos rodea, tendremos más energía disponible; energía mental, energía vital para dedicarla a lo que de verdad nos importa. Aprendemos a valorarnos y valorar a todos y a todo. Estaremos en nuestro centro y en nuestra vida suena otra música de fondo más alegre, suave y desenfadada.
Merece la pena cultivar la autoestima ya que reside en el centro de nuestro ser. Es una experiencia íntima, un crecimiento que puede comportar riesgo y sufrimiento, pero que ofrece una gran recompensa: el orgullo de ser aquello en lo que hemos decidido convertirnos.