¿De verdad quieres vivir con esa ansiedad?

Vivimos en una sociedad estresada, nos consume la ansiedad, la prisa, la desconexión con nuestro entorno y con nosotros mismos ¿De verdad queremos vivir así?. ¿Dónde vamos con tanta prisa?. Yo te lo diré, vamos directos a la infelicidad, la despersonalización y  la enfermedad.

El estrés es un mecanismo de defensa cuya función es protegernos   ante un peligro que resulta inminente. Las circunstancias de la vida: familia, trabajo, relaciones; el asalto de nuestras emociones y pensamientos diarios, van a superar nuestra capacidad de adaptación, nos vemos sobrepasados, aparece entonces la ansiedad y angustia que nos hace desgraciados y nos impide disfrutar de la vida.

El estrés como respuesta puntual a un evento, no resulta una amenaza; pero cuando es continuado en el tiempo, es un mecanismo que llega a ser patológico. Da lugar al estrés crónico que es la base de un gran número de enfermedades psicosomáticas, nos hace muy infelices, nos despersonaliza y nos hace tóxicos para nosotros mismos y para los demás. Nos sentimos tensos, ansiosos y el corazón se acelera por reacción a la presión de nuestro mundo interior y exterior.

Existen dos tipos de estrés, el emocional y el físico dependiendo de donde se genere:

El físico es el resultado de un mal estilo de vida: mal descanso, exposición a químicos tóxicos, radiación, mala alimentación, infecciones crónicas.

Emocional se debe a una falta  de gestión emocional de lo que nos pasa. Preocupación, falta de consciencia, ausencia de momento presente, diálogo interno negativo son las principales causas.

Lleva un estilo de vida saludable, sé un optimista realista, gestiona tu tiempo, haz ejercicio, contacta con la naturaleza, relaciónate y practica alguna técnica de relajación. Invierte en tí, es la mejor inversión. Conecta contigo mismo y con los que nos rodean, vuelve a la naturaleza, cuida tus relaciones y alimenta tus pasiones.

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