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Ayuno Intermitente: beneficios
- 7 de diciembre de 2020
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Hábitos saludables

Durante el ayuno intermitente se ha comprobado que se produce un cambio en la forma de obtención de energía por parte de las células. En los periodos de ayuno, el combustible es principalmente los cuerpos cetónicos derivados de las grasas, mientras que tras la ingesta de alimentos se cambia al modo ‘normal’ de utilización de glucosa. Estos dos estados energéticos de las células parecen estar ligados a nuestra historia evolutiva, en la que la disponibilidad de alimentos no era la actual y se alternaban días de carencia o escasez con otros de abundancia de alimento. Esto ha dejado huellas en nuestro metabolismo.
“El ayuno supone mantener un estilo de vida más propio como especie y nos proporciona beneficios viviendo mejor y mas”.
En los periodos de ayuno se entra en un modo de ‘reparación’, donde las células senescentes o envejecidas son eliminadas entrando en lo que se llama autofagia, se mejoran las defensas contra el estrés metabólico y oxidativo, la reparación del ADN o la génesis de mitocondrias. Uno de los ejemplos más claros de estos efectos se constata en el estudio de Valter Longo, en el que demostró que se conseguía un ‘reseteo’ y mejora del sistema inmune. Por otra parte, en los periodos de ingesta de alimento, las células se ponen en modo “crecimiento’, reactivando la regeneración de tejidos y células.
Se estima que al menos, son necesarias 12 horas para activar producción de cuerpos cetónicos y entrar en modo reparación. Se producen oscilaciones en los niveles de algunos sensores energéticos que indican a la célula que entre en ‘modo de supervivencia’. Cuando vuelve a haber energía, sobretodo en forma de aminoácidos y glucosa, la célula pasa a modo de abundancia y crecimiento.
“Uno de los aspectos más interesantes del ayuno intermitente es su efecto potencial sobre la longevidad”
Los estudios en animales y humanos han demostrado que los beneficios del ayuno intermitente van más allá de los producidos por la pérdida de peso. Algunos trabajos han comparado la restricción calórica con el ayuno intermitente, siendo el segundo más efectivo: para la mejora del control de glucosa, presión arterial o pérdida de grasa abdominal o el estado inflamatorio, entre otros. Además, estudios en animales han demostrado que el ayuno intermitente mejora la capacidad cognitiva, lo que también se ha podido comprobar en humanos dentro del estudio CALERIE, con mejoras en la memoria verbal, función ejecutiva y cognitiva general.
Pero además de sus beneficios a corto plazo sobre el metabolismo, uno de los aspectos más interesantes del ayuno intermitente es su efecto potencial sobre la longevidad y la prolongación de los años en salud.
La revisión publicada en el ‘New England Journal of Medicine’ detalla las posibles aplicaciones clínicas del ayuno intermitente, más allá del aumento de la longevidad, y propone algunas consideraciones prácticas para su implementación. Entre las aplicaciones mencionadas están la obesidad, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, algunos cánceres, enfermedad neurodegenerativa, asma, esclerosis múltiple y artrosis. Entre ellas, todas las denominadas enfermedades asociadas al proceso de envejecimiento.
Es importante realizar ayuno de la mano de un profesional e ir de forma gradual, PROGRESIVIDAD. Así se podría comenzar durante un mes con un ayuno intermitente 14/10 (14 horas consecutivas de ayuno), dos días a la semana, al mes siguiente reducir la ventana de ingesta y hacer ayuno de 16/8, dos días a la semana. Nuestro cuerpo se irá adaptando a la utilización de las dos rutas metabólicas que nos llevan a la reparación o el crecimiento. Una forma de realizar el ayuno es saltarse la cena o el desayuno dos veces a la semana.
El ayuno supone una herramienta más y debe ser adaptado a la persona. La mejor pauta de ayuno, será la que el paciente pueda realizar y se adapte a su estado fisiológico y metabólico.
El ayuno no es una dieta, es una herramienta que mejora nuestra salud y alarga la vida