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Me gustan los diamantes.¿ y a ti?
- 21 de junio de 2021
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Desarrollo personal

Eres un diamante.
Si, no solo tú, todos lo somos. Ser un diamante brillante implica la sencillez de asumir los errores e intentar ser hoy un poco mejor que ayer. Porque ser valioso no significa ser perfecto, la perfección no existe, pero si el valor personal más allá de lo que poseo, qué estudios he realizado o que puesto tengo en mi trabajo. Nos preguntamos quien soy yo para ser brillante, precioso o talentoso. En realidad quien eres tú para no serlo.
Muchos de nosotros tememos el éxito y el hecho de mostrarnos ante el mundo como seres valiosos y capaces. Rehuimos esta responsabilidad escondiendo nuestras partes más luminosas, nos vemos a nosotros mismos poco valiosos. Es algo inherente a nuestra cultura y educación.
La civilización judeocristiana considera al hombre y a la mujer poseedor del pecado original; desde este axioma tan bien arraigado, sin duda es muy difícil atreverse a brillar. De modo que tenemos la tendencia a escondernos, castigarnos e intentar espiar el “Pecado” y la ”Culpa” que se supone que tenemos por el hecho de haber nacido. Así nos limitamos a la hora de acceder a lo que deseamos, nuestros sueños y objetivos. Tenemos esta herencia inconsciente la que debemos renunciar.
Para conseguir brillar, deberemos afrontar y superar diferentes miedos e inseguridades. Uno de ellos es el de despertar envidia. Tememos que el éxito se vuelva en contra de nosotros porque los demás nos envidien, y por ello nos rechacen.
Nuestra historia familiar también determina nuestro miedo a brillar. Cuando nos ceñimos a nuestro modelo de familia, es decir hacemos aproximadamente lo mismo que han hecho nuestros padres en la vida, entonces nos sentimos seguros. Mientras que, si nos atrevemos a trascender este referente llevando a cabo algo nuevo para alcanzar nuestro sueño, nos quedamos huérfanos de modelos y abocados a lo desconocido. Como es lógico esta situación nos asusta; es el miedo a superar a nuestros padres.
Adentrarte en nuevos espacios es imprescindible para evolucionar, vencer miedos para realizar nuevos aprendizajes hasta llegar a una zona donde puedes elevarte, donde puedes mostrar todo tu potencial.
Todos nos hemos desarrollado basándonos en unas creencias sobre nosotros mismos que en muchas ocasiones son negativas. Nos decimos cosas como: “no valgo nada”, “soy un desastre”, “soy tonto”.. y hay que ser muy consciente para saber que estas son nuestras creencias limitantes que irán conformando nuestra personalidad desde la infancia.
A menudo, la inercia nos lleva a seguir los valores sociales en los que estamos inmersos. Nos han hecho creer que necesitamos a los demás y que no es bueno mostrarse autosuficiente. Preferimos ser uno más que brillar. Tal vez, no necesitamos tanta aprobación y puedes salirte de lo establecido, de aquello que se espera de ti. No debemos de preocuparnos, aquellas personas que nos quieren de verdad desearán lo mejor para ti y te seguirán queriendo independientemente de cómo actúes o como te comportes. Estarán felices si brillas para desarrollar y mostrar tus dones al mundo. Solo en coherencia con lo que sabes y lo que eres, puedes inspirar el cambio y la evolución en las personas que te rodean.
El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo. No hay inspirador en encogerte para que otras personas cerca de ti se sientan seguras. Nacemos Para manifestar la gloria del universo que está dentro de nosotros. Esta dentro de cada persona que habita el planeta.
Cuando comenzamos a brillar inconscientemente le damos permiso a todas las personas a que hagan LO MISMO. Al liberar nuestro miedo automáticamente, libera a los demás.
Para intentar sacar brillo al diamante que somos:
- Presta atención a aquellas cosas que te dices a ti mismo, es decir, a tu diálogo interno. ¿Eres amable?, ¿te juzgas a ti mismo y te hablas con dureza?.
- Identifica tus creencias limitantes. Piensas que no puedes, que no vales, que eres torpe…..Si es así, debes saber que esas creencias se van construyendo en la infancia y no te definen.
- Trasciende el miedo al rechazo y a quedar mal tomando consciencia de que las personas realmente importantes son las que nos aceptan como somos.
Brillar es dejar salir la luz que todos tenemos dentro, es conectar con nuestros talentos naturales y mirar nuestra historia personal con ternura.
Es inundar a los demás con la alegría y con la luz, con la bondad y la compasión que son naturalmente propios. Brillar como un diamante es soltar el lastre, alzar el vuelo y ponerte en paz sabiendo que somos seres únicos, bellos y valiosos.