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La estructura de la personalidad.
- 20 de diciembre de 2017
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Coaching Desarrollo personal
Tal como afirma R.Dilts en su libro, Como cambiar creencias con PNL, el cerebro está organizado en niveles; al tratar de modificar conductas o comportamientos es necesario tener en cuenta esos niveles diferentes. R.Dilts propone un modelo teórico de estructura de la personalidad del ser humano. Un modelo metafórico en el que ésta es como un iceberg, un 5% es visible a los demás, que son sus acciones y se producen de forma consciente; y el 95% restante no es visible a los demás, ni a nosotros mismos, es inconsciente. El iceberg completo es nuestra personalidad.
Justo debajo de este nivel están las actitudes de una persona. Son la predisposición a pensar, sentir y actuar de una forma determinada. Debajo se encuentran las aptitudes que son el conjunto de conocimientos y habilidades que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Nuestros conocimientos, experiencias y habilidades condicionan nuestras actitudes, es decir como pensamos y sentimos (actitudes); y en consecuencia nuestra conducta.
A su vez nuestra actitud, tiene gran efecto a la hora de adquirir conocimientos. Entre estos dos niveles hay un ciclo de retroalimentación constante. Por ejemplo, a una persona que le guste la naturaleza, adquirirá conocimientos sobre el tema, formará parte de un grupo de senderismo e incluso puede que se dedique de forma profesional y estudie ciencias medioambientales; lo que a su vez hará que esté cada vez más comprometido con su gusto por el mundo natural.
Acciones
Actitudes
Aptitudes
Creencias
Valores
Identidad
Transpersonal
Un poco más abajo están las creencias, que pueden ser:
- Potenciadoras: nos hacen crecer como individuos y como sociedad. Soy capaz, yo valgo, soy valioso.
- Limitadoras: nos castran y nos reducen. No puedo, no me quieren, no soy capaz.
Debajo de este nivel, están los valores. Éstos son: amor, lealtad, verdad, éxito, justicia, bondad, familia, honor, patria, unión, igualdad. Son principios donde se apoyan nuestras creencias; activan creencias potenciadoras. La priorización de éstos valores, son nuestros principios. Por ej. si tengo como uno de los valores fundamentales la bondad, ese valor activa en mí la creencia potenciadora: soy bueno, soy solidario.
Debajo está el nivel de identidad. Hay distintas formas de ser en cada persona: auténtico, cariñoso, paciente. No nos definimos con una identidad determinada ya que activamos una forma de ser u otra dependiendo de lo que se requiera en cada momento de nosotros. Normalmente hay dos o tres formas de ser que nos definen; activaremos la identidad que se adapte al contexto. Habrá circunstancias que requieran que sea cariñoso, paciente, concentrado. Etc.
Ya en la base del iceberg está el nivel transpersonal. Este nivel tiene la mayor fuente de motivación y energía para el individuo. Es el para qué de cada cosa que hago.
Es el legado que queremos dejar en el mundo, el mensaje que queremos transmitir, nuestra vocación, sueños, pasión, misión, visión y propósito en la vida. Debemos conocer muy bien este nivel, para que nuestras aptitudes, actitudes y acciones estén alineados con él, y no actuemos en contradicción con lo que de verdad queremos en la vida. Si tenemos en cuenta éste nivel en cada cosa que hago, tendremos la clave de la satisfacción, sabiduría y felicidad en la vida.
Así pues en la personalidad de un individuo existe el Ser Esencial que es lo que somos realmente y la motivación principal que está compuesto por Valores, identidad y transpersonal; y por otro lado el Ser limitante que es la coraza emocional (en el nivel de creencias), la función de ésta coraza es protegerme del dolor emocional. Cuando esta coraza la llevamos siempre puesta, al final no vemos la esencia de lo que somos, nos olvidamos de quien somos, y de para qué queremos hacer las cosas (Ser esencial), perdemos la perspectiva de lo que somos, de lo que queremos en la vida.
La coraza emocional esta formada por:
A) Miedos.
Miedo al abandono, al fracaso, a la soledad, al rechazo, al que dirán. Estos miedos son en el fondo miedo al dolor emocional. Como esos miedos los vamos interiorizando desde pequeños, al final mis acciones las van a dirigir mis miedos, o por lo menos, están muy condicionadas por ellos. No actúo en base a como soy (mi esencia), sino que actúo dirigido por mis miedos.
B) Cargas emocionales.
Son experiencias dolorosas del pasado no trabajadas que están ocultas.
C) Acciones basadas en miedos.
Estas acciones son fuente de sufrimiento para la persona; hace que busque la forma de dejar atrás esas conductas y cambiar. Éstos son algunos ejemplos de modo general.
- Conducta evasiva: no se enfrenta a los problemas, posterga sus acciones, procrastina. Está basada en miedo a hacer las cosas mal, miedo al rechazo, miedo al fracaso.
- Conducta complaciente: no dice lo que piensa, no pone limites, no sabe decir no. Miedo al enfrentamiento, miedo a no ser querido.
- Conducta fría: no se abre a las emociones. Miedo al rechazo.
- Conducta autoritaria: impone su opinión. Miedo a no ser querido.
- Conducta victimista: queja constante, miedo a la soledad.
- Conducta muy racional: todo lo analiza y lo pasa por el filtro de la mente, muy insegura.
- Conducta Kamikaze: sus acciones van en contra de sí mismo, se hace daño, miedo al rechazo, a la soledad.
- Conducta autosabotaje: inicia algún proyecto y lo deja, miedo al fracaso.
Como hemos comentado debajo de éstas formas de actuar hay distintos miedos. Pero al final todos se pueden resumir en miedo al dolor emocional.
Para cambiar determinadas pautas de comportamiento que son dañinas para nosotros y para los demás y que merman nuestra autoestima, es importante conocer nuestro Iceberg: valores, identidad y nuestra parte transpersonal. Y también reconocer nuestra coraza. Por otro lado, la expresión de cargas emocionales hace que nuestra coraza se debilite y podamos reconocer nuestra esencia. Por consiguiente dirigir nuestras acciones en base a ella. Actuar de acuerdo a lo que soy y lo que quiero realmente.
Al conocer nuestra parte esencial, es como estar en casa, sabemos quien somos y disminuyen nuestros miedos y aumenta nuestra autoestima y seguridad. Lo importante es actuar en base a mi propósito, legado, visión de la vida y así activar determinadas formas de ser, que activan valores y que a su vez activan creencias potenciadoras. Esto hace que adquiramos los conocimientos para realizar las acciones que queremos: cambiar de trabajo, de pareja, elegir mis amistades, elegir como relacionarme con el mundo, abandonar conductas dañinas.
La mayor fuente de desgracia del ser humano es que nos obsesionamos con qué vamos a hacer o como lo vamos a hacer; sin preguntarnos si está de acuerdo con nuestros principios, con nuestra forma de ser o coincide con nuestro propósito en la vida. Si somos conscientes del nivel transpersonal, estaremos preparados para cualquier obstáculo en el camino hacia nuestros sueños y objetivos y tendremos una vida coherente que es una fuente de Paz Interior.
¡¡ Paremos a reflexionar en el para qué de las cosas que hagamos y luego pensemos en el qué y en el cómo ¡¡
Fuentes
Dilts.R., (1997). Como cambiar creencias con la PNL. Ed.Sirio.
Goleman.D., Boyatzis. R. y MCkee. A., (2010). El lider resonante crea más. Ed. Debolsillo.
Emociona. Spin off. UGR.
Hola Carmen,
Buscaba info sobre la mente rígida que busca estructura (esa es la mía!) y he dado con tu blog. Super interesante, yo estoy en un viaje interior importante, dando espacio a lo que va emergiendo. Me quedo con esta frase:
“Al conocer nuestra parte esencial, es como estar en casa, sabemos quien somos y disminuyen nuestros miedos y aumenta nuestra autoestima y seguridad.”
Gracias por compartir
Gracias Barbara, te animo con ese viaje, el más importante de tu vida. Todos estamos en el camino pues todos los días descubrimos algo nuevo sobre nuestra personalidad. Un abrazo!!.