¿Ausencia de camino?

La aporía, que significa literalmente “ausencia de camino”, es ese “darnos cuenta”  que muchas de nuestras certezas se han hecho trizas, lo que lleva a un estado emocional intenso con una sensación de desorientación. Nos sentimos bloqueados, atrapados en una especie de… “tierra de nadie”.. en la que no logramos avanzar, pero tampoco podemos retroceder.

En ese estado, buscamos respuestas, pero no las encontramos, ya sea porque nos estamos planteando las preguntas erróneas o porque estamos partiendo de falsas premisas o supuestos equivocados.

Aunque veamos y la realidad, esta pierde su sentido y nos resulta ajena. Es como si todo se vaciara de sentido. En ese momento la razón lucha desesperadamente por conferirle un significado a lo que estamos viviendo. No logramos hallar una explicación a lo que nos sucede porque los marcos conceptuales que nos guiaban no nos sirven.

Esa incapacidad para que todo encaje en nuestra mente genera confusión, perplejidad e incertidumbre. Hace que nuestro mundo se tambalee.

La aporía puede llegar a ser un estado complicado de gestionar, sobre todo para las personas que buscan certezas y se sienten incómodas navegando en la incertidumbre. Cuando sus creencias se desmoronan, pueden experimentar auténtico pánico. También corren el riesgo de radicalizarse en un intento por aferrarse a alguna certeza, lo cual hace que se vuelvan aún más rígidas de pensamiento.

En este punto tenemos dos opciones: desesperarnos o aprovechar este momento para nuestro desarrollo personal.

Esa ausencia de camino nos va a impulsar a descubrir y aceptar verdades que, antes de ese estado, habríamos considerado como inaceptables o intolerables.

Supone un baño de humildad, nos hace comprender que no somos dueños de la verdad y que necesitamos abrirnos a otras maneras de comprender y vivir el mundo. Nos muestra la fragilidad de la vida, nuestro lado más vulnerable y eso nos hace más humanos más cercanos. Dudar de nuestras premisas y, sobre todo, aceptar las contradicciones. La vida no está hecha en blanco y negro sino en una escala infinita de colores y nuestra respuesta ante ella debe ser la que contemple las infinitas posibilidades.

Podemos encontrar explicaciones alternativas y nuevas formas de ver las cosas. Por eso es, esencialmente, un estado liberador que nos permite deshacernos de las viejas formas de pensar y actuar para atrevernos a imaginar otras maneras de estar en el mundo.

Nos anima a ser más creativos, a tener la mente abierta, a ser más ágiles  emocionalmente y a considerar otras formas de vivir. La decisión es nuestra.

Fuentes:

“Reinventa tu cuerpo, resucita tu alma”, Deepak Chopra, Ed Prisa 2011.

“Agilidad emocional”, Susan David, Ed, Sirio 2018.

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