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Atrévete a brillar.
- 29 de diciembre de 2019
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Coaching Desarrollo personal Inteligencia y gestión emocional
En el discurso de 1994, como presidente electo de Sudáfrica, Nelson Mandela recordaba: “Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados, nuestro miedo más profundo es que seamos poderosos sin límite. Es nuestra luz, no la oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos quien soy yo para ser brillante, precioso o talentoso. En realidad quien eres tú para no serlo.”
Nelson Mandela sabía que muchos de nosotros tememos el éxito y el hecho de mostrarnos ante el mundo como seres poderosos y capaces. Rehuímos esta responsabilidad escondiendo nuestras partes más luminosas; ya que nos vemos a nosotros mismos como poco valiosos e incluso peligrosos. Es algo inherente a nuestra cultura y educación.
La civilización judeocristiana considera al hombre y a la mujer poseedores del pecado original; desde este axioma, tan bien arraigado, sin duda es muy difícil atreverse a brillar. De modo que tenemos la tendencia a escondernos, castigarnos e intentar espiar el “Pecado” y la ”Culpa” que, se supone, tenemos por el hecho de haber nacido; así nos limitamos a la hora de acceder a lo que deseamos.
Para conseguir brillar, deberemos afrontar y superar diferentes miedos. Uno de ellos es el de despertar envidia. Tememos que el éxito se vuelva en contra de nosotros porque los demás nos envidian, critican y como consecuencia nos rechacen.
Nuestra historia familiar también determina nuestro miedo a brillar. Cuando nos ceñimos a nuestro modelo de familia, es decir, hacemos aproximadamente lo mismo que han hecho nuestros padres en la vida, entonces nos sentimos seguros. Mientras que, si nos atrevemos a trascender este referente, llevando a cabo algo nuevo para alcanzar nuestro sueño, nos quedamos huérfanos de modelos y abocados a lo desconocido. Como es lógico, esta situación nos asusta, nos suele dar miedo. Es el miedo a superar a nuestros padres.
Adentrarte en nuevos espacios es imprescindible para evolucionar, para realizar nuevos aprendizajes, hasta llegar a una zona donde puedes elevarte, donde puedes mostrar todo tu potencial.
Llegados aquí, estamos en un momento crítico, tenemos miedo a la soledad al no poder compartir con nuestro círculo más cercano la nueva y experimental manera de pensar y de hacer completamente revolucionaria, personal y fuera de los cánones establecidos.
Todos nos hemos ido desarrollando, desde la infancia, basándonos en unas creencias sobre nosotros mismos que en muchas ocasiones son negativas. Nos decimos cosas como: “No valgo nada”, “soy un desastre”, “Soy tonto”..”La vuelto a fastidiar” y tenemos que ser muy conscientes para trascender este autoconcepto; ya que, esto que nos decimos son nuestras creencias limitantes que irán conformando nuestra personalidad desde la infancia.(Ver artículo de la estructura de la personalidad.)
A menudo, la inercia nos lleva a seguir valores sociales en los que estamos inmersos. Nos han hecho creer que necesitamos a los demás y que no es bueno mostrarse autosuficiente. Preferimos ser uno más, que brillar. Tal vez, no necesitamos tanta aprobación y podemos salirnos de lo establecido, de aquello que se espera de nosotros. No debemos de preocuparnos, aquellas personas que nos quieren de verdad desearán lo mejor para nosotros y nos seguirán queriendo independientemente de cómo actúes o como te comportes. Estarán felices si brillas para desarrollar y mostrar tus dones al mundo. Solo en coherencia con lo que sabes y lo que eres, puedes inspirar el cambio y la evolución en las personas que te rodean.
En la cultura patriarcal, este miedo a brillar es aún más poderoso en las mujeres a las que se nos ha hecho creer que nuestro lugar está bajo la sombra del hombre. Por suerte esto está cambiando y cada vez son más las mujeres que ocupan puestos de relevancia en la política o dirigiendo y liderando grandes empresas.
Si consigues liberarte de todos los miedos, entonces como continuaba el discurso del líder africano que consiguió transformar el mundo: “Eres hijo del universo”. El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo. No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. Nacemos para manifestar la gloria del universo, la gloria de Dios, que está dentro de nosotros, dentro de cada persona que habita el planeta.
Y cuando comenzamos a brillar, inconscientemente le damos permiso a todas las personas para que hagan LO MISMO.. Al liberar nuestro miedo, automáticamente, nuestra presencia libera a los demás.
Para intentar sacar brillo al diamante que somos:
- Presta atención a aquellas cosas que te dices a ti mismo, es decir, a tu diálogo interno. ¿Eres amable?, ¿te juzgas y te hablas con dureza?.
- Identifica tus creencias limitantes. Piensas que no puedes, que no vales, que eres torpe…..Si es así, debes saber que esas creencias se van construyendo en la infancia y no te definen.
- Trasciende el miedo al rechazo y a quedar mal tomando consciencia de que, las personas realmente importantes son las que nos aceptan como somos.
Brillar es dejar salir la luz que todos tenemos dentro, es conectar con nuestros talentos naturales y mirar nuestra historia personal con ternura. Es inundar a los demás con la alegría de la autorrealización, con la bondad y la compasión que son naturalmente propios. Brillar es soltar el lastre, alzar el vuelo y ponerte en paz sabiendo que somos seres únicos, bellos y valiosos.
Se consciente, confía y elévate…
Dedico este artículo y mi vida a mis tres hijos, mis tres diamantes.