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La enfermedad como camino
- 24 de octubre de 2017
- Publicado por: Dra Carmen Zorrilla
- Categoría: Desarrollo personal
Creo que la peor enfermedad es no saber apreciar y celebrar la vida. Lo importante es tener una actitud vital en la que se valore y aprecie a todos y a todo lo que nos rodea. En ocasiones no es fácil, pero intentar vivir desde la gratitud, aceptación y alegría nos hará sentir bien a nosotros y a los que nos rodean. Ya lo sé, me dirás con razón que lo incierto nos rodea por todas partes, pero si aceptamos esta parte de la vida, sentiremos menos angustia cuando nos falten las certezas.
La enfermedad es una oportunidad de despertar de una vida carente de propósito, de ilusión; es una oportunidad que nos marca el comienzo de una vida “vivida” plenamente. Una oportunidad de mirar hacia dentro y despertar. De descubrir nuestra esencia, de recorrer los rincones escondidos de nuestra alma. Una oportunidad de dejarnos ver a la luz de la verdad, bondad y belleza.
Nos vamos conociendo mejor, nos sumergimos en la fuente del autoconocimiento y a veces ocurre una curación del alma, ya que reparamos en que la enfermedad es un grito del alma, y empezamos a expresar todos los sentimientos que habíamos reprimido, comenzamos a reparar en la persona que somos y que habíamos olvidado querer y cuidar. “Darle voz al dolor es curarlo”. Marta Molas.
Cuando estemos con un enfermo, escuchemos lo que nos tiene que decir; y si no sabemos que decir, no digamos nada, es suficiente con mirar a los ojos o coger de la mano.Sobran las palabras.
Intentemos:
Ser honestos con nuestros sentimientos y emociones, ver lo que de verdad nos quieren decir, no caer en el autoengaño, ni en la visión “Happy” de la vida; si sentimos tristeza dejarla que nos inunde y nos atraviese, sin sentimiento de culpa. Las emociones no se pueden evitar, son reacciones a experiencias vitales, la evitación de ellas es como esconder la basura bajo la alfombra.
Mejorar las circunstancias que nos afligen, ser pro-activo y no reactivo.
Sacar la enseñanza que toda circunstancia difícil lleva consigo, ser capaces de relativizar y poner en orden nuestra escala de valores.
Tejer redes de afecto que no nos dejarán caer, dejarnos ayudar y mimar por los demás. Los superhéroes son para las películas.
Aceptar las circunstancias que son inevitables, toda resistencia a lo que es, genera más sufrimiento. Y por último ….
¡¡ No perder la alegría de vivir.!!
Seamos valientes y miremos la vida de cara, y miremos la cara del dolor, miremos la cara de la enfermedad y de la adversidad. Aceptemos que todo forma parte del juego de la existencia.